Después de un cumpleaños maravilloso (que no olvido) llegó el día de irse. Con la incertidumbre de no saber nada de lo que nos depara el futuro... os podéis imaginar los nervios de la última noche en Madrid.
El 9 de Junio nos levantamos a las 4 de la mañana, casi sin dormir, para terminar de hacer las maletas e intentar dejar la casa lo mejor posible (aunque al final sé que a mi hermana la dejé algunos marroncillos pendientes).
Mi suegro nos llevó al aeropuerto, lo cual fue un detalle por su parte debido a la hora intempestiva del vuelo.
Ya en facturación aparece el primer inconveniente. El chico de Luftansa, muy amablemente nos gestiona la facturación del vuelo Madrid-Munich y el de Munich-Vancouver, y nos dice con cara de pena, que en el vuelo a Vancouver no quedan asientos juntos, le decimos que no hay problema, si no se puede, no se puede... aunque 10 horas de vuelo cada uno en un lado... bueno ya veríamos la solución. Entre el sueño, los nervios y el cansacio no pensamos más en ello. Así que a las 7,30 salimos de Madrid dirección Munich.
En el aeropuerto de Munich, las cinco horas de espera que se hicieron más largas de lo imaginado, con esas salas de fumadores inhumanas (aunque teníamos que agradecer que las hubiera). Descubrimos, ya tarde para nosotros, las Nap Cabins, por unos cuantos euros tienes tu cama, tu mesa para trabajar, etc... buena idea, pero a nosotros ya no nos daba tiempo de usarlas.
Paseo por el aeropuerto, equipo de Basket de Brasil, la jarra de cerveza alemana más grande del mundo (la vendían por 2.000 €, por si a alguien le interesa) y poco más.
Por fin embarcamos en el vuelo hacia Vancouver, el avión hasta la bandera y nosotros con nuestro problema de los asientos. Mi asiento es en ventanilla y justo a mi lado una española en el pasillo. Con mi mejor cara la pregunto si puede cambiar el sitio a Pau y ella con su mejor cara me dice NO, "es un viaje demasiado largo para no estar en el pasillo" (ni siquiera después de decirla que estábamos de Honeymoon y puedo jurar que después de 10 horas de vuelo, la señora se levantó 1 vez). Vale, pues haríamos el viaje separados por una española, el pasillo y otro chico. Al final, antes de despegar, como yo no dejaba de hacer señas a Pau y mandarle besitos, el chaval al lado de Pau se apiadó de mi y me cambió el asiento; y todavía la española me suelta "joe, encima voy a quedar mal". (No, señora, ya quedó mal antes, pensé para mi misma).
Comienza el vuelo, y la niña del asiento delante de Pau comienza a gritar, llorar, saltar, etc... Los padres se ponen una peli con los cascos, así que sólo la sufríamos el resto de los pasajeros. Yo llevaba en el bolso diazepan que me había dado mi madre, pero como Pau no estaba dormido, no quería tomarmelo (aunque me planteé seriamente darle uno a la niña). Después de 6 horas de vuelo Pau se duerme, pero la niña sigue alegrando el vuelo, así que yo no soy capaz de dormir...
Dos horas antes de llegar, la niña se duerme (bieeeeennn!!) así que obviamente, yo también me dormí.
Llegamos a Vancouver. Ahora sí que me pongo nerviosa, ya que todo sea que no nos dejen entrar al país y nos manden de vuelta... (teniendo en cuenta que queremos buscar trabajo sin ningún tipo de visa ni work permit). Recogemos los maletones y nos dirigimos hacía el puesto de inmigración: "Españoles, eh? Qué venís a hacer aquí, eh? Y durante 3 meses? Tenéis trabajo en España?..." Después de todo el interrogatorio, con nuestro inglés dormido y cansado, casi no le pudimos explicar todo lo que teníamos ensayado y sólo nos salió: "Si, bueno, estamos de luna de miel..., y celebrando haber terminado la carrera, no tenemos trabajo... Por alguna razón que desconozco, el tío anotó algo en los papeles y nos dice que pasemos (a mí casi me da un chungo en ese momento por los nervios, sin parar de comer pastillitas para los nervios de esas para chupar que me regalaron mis queridas amigas). Pero todavía no las teníamos todas con nosotros ya que no sabíamos lo que significaba lo que estaba escrito en el papelito y antes de salir del aeropuerto había que dárselos a otro policia... pero al final, allí estábamos, en suelo vancouveriense. Primer objetivo cumplido.
Fumando para relajar nervios nos dirigimos al Skytrain para ir al hotel (precio del billete 7,75 DC, -5,70 €- cada uno de los billetes, y luego nos quejamos del precio del transporte en Madrid, jajaja). Además lo del skytrain era un poco estafa, porque circulaba por el exterior unas cuantas paradas y luego se convertía en un metro normal y corriente.
Nos bajamos en Waterfront, para ir desde allí caminando al hotel. Pedimos indicaciones, cogemos la calle del hotel pero en la zona oeste (Hastings Street West) y nos dirigimos hacia el este. Las maletas pesaban un monton pero bueno ya no teníamos prisa, mirando las calles, la gente, vamos haciendo el guiri hasta que llegamos a Hastings Street East...WTF? Toda la calle llena de jonkis, putas, gente muy extraña que no dejaba de mirarnos... ahí si que empezamos a caminar todo lo rápido que nos dejaban nuestras maletas gigantes, nuestras piernas doloridas y nuestro cansacio acumulado. Y mientras deseabamos salir de esa zona cuanto antes, nos encontramos con el hotel, así que ya tenemos la primera decepción del viaje. RECORDATORIO para los que vayan a Vancouver: No elijan ningún hotel en Hastings Street East!!!
Ya en nuestra habitación cutre, pensamos en buscar otro hotel, pero en ese momento estábamos muy cansados, después de estar unas 25 horas despiertos y, además en Vancouver seguían siendo las 5 de la tarde, así que dejamos el equipaje, nos refrescamos un poquito y nos fuimos a buscar alguna tienda para cenar algo antes de dormir. Preguntamos en recepción y nos indican un supermercado que podría estar abierto a las 7 de la tarde. Cogemos el plano y vamos para allá. Atravesando Chinatown llegamos al super. Y claro era un super chino, con ese olor tan característico de la comida china (no como la de los restaurantes en españa) casi muero, con sus bichos vivos, sus bichos muertos y todos los carteles en chino, hasta que encontramos un poco de pan, un poco de jamon y un poco de queso y corrimos al hotel, a cenar nuestra comida tan oriental y a dormir. Esperábamos que al día siguiente fuera todo más agradable.
Ya estábamos en Canadá.
Aventuras y desventuras de una pareja española buscando trabajo en Canada. Para quien le interese...
VANCOUVER 10/06/2013
Con el jetlag dichoso, me despierto en el hotel a las 4:30 de la mañana, y para mi sorpresa, se colaba una cantidad de luz por la ventana como si fuera mediodía. Al final nos levantamos sobre las 7:30, con un calor considerable para la idea que traíamos sobre la temperatura en Canadá, pero claro, amaneciendo a las 4 de la mañana, a las 7:30 el sol ya calienta lo suyo. Saliendo del hotel ya nos fijamos en lo cutre y viejo, perdón, quise decir vintage, que era.
Estas eran las únicas cosas que molaban del hotel. De la habitación no saqué ninguna foto. No merecía la pena.
Primer día de verdad en Vancouver. Info: ciudad situada entre el Estrecho de Georgia (Georgia Strait) y las Montañas Costeras. El nombre de la ciudad es en honor del Capitán George Vancouver (explorador inglés) aunque dicen que los primeros europeos que se dejaron caer por aquí fueron marinos españoles en 1791 (que debe ser que vieron que hacía mucho frío y pasaron de quedarse o algo así) aunque los pobladores originarios eran asiáticos llegados aquí unos miles de años antes, a los que ahora se conoce como Primeros Pobladores (First Nations).
Bueno, primer día de turismo así que con el mapa en la mano nos dirigimos al STANLEY PARK, bajando por nuestra calle, ya con más calma, vemos el porqué de tanto personaje: en esta calle se encuentran la mayoría de los ejércitos de salvación y centros médicos que dispensan medicinas y marihuana. Nos dimos cuenta de que todos eran bastante pacíficos (siempre hay policía por la zona) y que lo máximo que intentan es venderte cualquier cosa que tengan o pedirte algún cigarro.
Llegamos a CANADA PLACE WAY (el paseo marítimo del Downtown en Vancouver). Tiene unas vistas impresionantes de la bahía y las montañas de fondo y con los cruceros atracados (allí estaba atracado el Crucero Disney cuando llegamos).
Llegamos a la entrada del STANLEY PARK, mucha gente en bici, corriendo... y muchos patos (o lo que fueran) caminando libremente por allí.
Llegamos a la zona de los TOTEM POLES. Yo tenía bastantes ganas de verlos por aquello de la historia indígena del país, hasta que leímos que eran reproducciones de los originales...
Es interesante aprender lo importante que eran los animales para los indígenas de la costa noroeste de América. Ellos creían que cada animal tenía un espíritu y los añadían en los totem por sus talentos especiales o por ser criaturas mágicas. Los significados de los animales dependen de la altura en la que estén o de la posición que adopten y del color que tengan, pero unos ejemplos son:
Las águilas simbolizan el espíritu divino; La rana, la conexión entre los elementos tierra y agua; la ballena, la sabiduría y el poder...
Y este último es el totem del castor (que se lo dedico a mi hermana Emma, ella sabe porqué) que significa el generador o recolector.
También tengo que decir que no queda casi ningún totem original ya que cuando los primeros europeos llegaron a estas tierras, se pensaban que eran imágenes horribles de dioses a los que adoraban los indígenas e hicieron todo lo posible por destruirlos e intentar que no se continuaran haciendo...
Después de conocer esta parte interesante de la historia de Canada, continuamos nuestro paseo y entramos en el Vancouver Aquarium (que a mí no me convencen mucho estas cosas pero fue un poco porque nos pillaba de camino y porque tampoco había mucho más que ver por esa zona del parque). El acuario un poco como todos, excepto una selección bastante grande y original de medusas.
También había espectáculos con delfines, belugas, etc... que yo no quise ver, aunque al menos, tengo que reconocer que la gran mayoría de los animales grandes habían sido rescatados del mar con arpones clavados, con alguna aleta arrancada, etc... así que bueno, quizá si no los hubieran rescatado ahora estarían muertos...
Bueno, y después, a comer.
Aunque todavía nos quedaba más de medio parque por ver, nos volvimos ya que todavía teníamos el cansancio del viaje acumulado.
Haciendo el mismo recorrido de vuelta que hicimos por la mañana, vimos algo bastante curioso: por el paseo marítimo vemos a una nutria saliendo del mar, subir por una de las rampas de acceso para peatones hacia los barcos, colarse por la verja, cruzar el paseo (haciendo un ruido super gracioso de chapoteo) y colarse en la piscina de un hotel. Todos los que estábamos allí nos quedamos flipando, no nos dio tiempo ni a sacar la cámara claro, y nos imaginámos que iría a quitarse la sal del cuerpo (jajaja). Eso nos hizo volver al hotel con una sonrisa tonta en la cara a pesar del cansancio.
Estas eran las únicas cosas que molaban del hotel. De la habitación no saqué ninguna foto. No merecía la pena.
Primer día de verdad en Vancouver. Info: ciudad situada entre el Estrecho de Georgia (Georgia Strait) y las Montañas Costeras. El nombre de la ciudad es en honor del Capitán George Vancouver (explorador inglés) aunque dicen que los primeros europeos que se dejaron caer por aquí fueron marinos españoles en 1791 (que debe ser que vieron que hacía mucho frío y pasaron de quedarse o algo así) aunque los pobladores originarios eran asiáticos llegados aquí unos miles de años antes, a los que ahora se conoce como Primeros Pobladores (First Nations).
Bueno, primer día de turismo así que con el mapa en la mano nos dirigimos al STANLEY PARK, bajando por nuestra calle, ya con más calma, vemos el porqué de tanto personaje: en esta calle se encuentran la mayoría de los ejércitos de salvación y centros médicos que dispensan medicinas y marihuana. Nos dimos cuenta de que todos eran bastante pacíficos (siempre hay policía por la zona) y que lo máximo que intentan es venderte cualquier cosa que tengan o pedirte algún cigarro.
Llegamos a CANADA PLACE WAY (el paseo marítimo del Downtown en Vancouver). Tiene unas vistas impresionantes de la bahía y las montañas de fondo y con los cruceros atracados (allí estaba atracado el Crucero Disney cuando llegamos).
Llegamos a la entrada del STANLEY PARK, mucha gente en bici, corriendo... y muchos patos (o lo que fueran) caminando libremente por allí.
Llegamos a la zona de los TOTEM POLES. Yo tenía bastantes ganas de verlos por aquello de la historia indígena del país, hasta que leímos que eran reproducciones de los originales...
Es interesante aprender lo importante que eran los animales para los indígenas de la costa noroeste de América. Ellos creían que cada animal tenía un espíritu y los añadían en los totem por sus talentos especiales o por ser criaturas mágicas. Los significados de los animales dependen de la altura en la que estén o de la posición que adopten y del color que tengan, pero unos ejemplos son:
Las águilas simbolizan el espíritu divino; La rana, la conexión entre los elementos tierra y agua; la ballena, la sabiduría y el poder...
Y este último es el totem del castor (que se lo dedico a mi hermana Emma, ella sabe porqué) que significa el generador o recolector.
También tengo que decir que no queda casi ningún totem original ya que cuando los primeros europeos llegaron a estas tierras, se pensaban que eran imágenes horribles de dioses a los que adoraban los indígenas e hicieron todo lo posible por destruirlos e intentar que no se continuaran haciendo...
Después de conocer esta parte interesante de la historia de Canada, continuamos nuestro paseo y entramos en el Vancouver Aquarium (que a mí no me convencen mucho estas cosas pero fue un poco porque nos pillaba de camino y porque tampoco había mucho más que ver por esa zona del parque). El acuario un poco como todos, excepto una selección bastante grande y original de medusas.
Bueno, y después, a comer.
Aunque todavía nos quedaba más de medio parque por ver, nos volvimos ya que todavía teníamos el cansancio del viaje acumulado.
Haciendo el mismo recorrido de vuelta que hicimos por la mañana, vimos algo bastante curioso: por el paseo marítimo vemos a una nutria saliendo del mar, subir por una de las rampas de acceso para peatones hacia los barcos, colarse por la verja, cruzar el paseo (haciendo un ruido super gracioso de chapoteo) y colarse en la piscina de un hotel. Todos los que estábamos allí nos quedamos flipando, no nos dio tiempo ni a sacar la cámara claro, y nos imaginámos que iría a quitarse la sal del cuerpo (jajaja). Eso nos hizo volver al hotel con una sonrisa tonta en la cara a pesar del cansancio.
VANCOUVER 11/06/2013
Nada realmente interesante para hacer hoy. Madrugón de nuevo, callejeando temprado, pasando por delante del BC Place que es el estadio de fútbol americano de Vancouver donde juegan los BC Lions (lo sé porque lo pone en la guía)...
Nos dirigimos a la zona de tiendas. No por comprar sino por cotillear un poco los precios, los 'modelismos' de los canadienses. Parada a comer en un 'restaurante' formato americano en el que nos preguntamos porqué toda la comida la tienen que servir entre dos panes o con un pan debajo (veanse sandwiches, hamburguesas o pizzas). Ah bueno, aquí tenían la especialidad canadiense: patatas fritas con salsa de carne... sí, como lo oís, y lo llaman especialidad (lo probamos y no volveremos, por supuesto).
No vale criticar mi cara en la foto, probablemente estaba observando el golpe que se dió un pájaro contra el cristal del 'restoran'...
En el Downtown está el VANCOUVER ARTGALLERY, que podríamos decir que fue igualmente decepcionante que las patatas canadienses... Edificio bonito, estilo clásico (difiere mucho del resto de la arquitectura de Vancouver, que es todo cristal y acero), pero cuando entras, descubres que es un poco estafa: cuatro plantas, dos de ellas cerradas, subimos a la cuarta planta y hay un mural tótem a medio terminar ya que la exposición es ver trabajar al tío con la madera, etc... lo cual habría estado muy bien si el tío en cuestión hubiera estado allí trabajando (sería su hora de comer o algo); tercera planta cerrada (preparando una futura exposición de un tío que hace comics o algo), segunda planta cerrada (esta no se porqué) y en la primera planta una exposición curiosa de antiguas fotos de edificios emblemáticos u originales de todo el mundo (esta parte a Pau le gustó más). Nada del otro mundo.
Paseo de vuelta al hotel...
Y poco más que contar de ese día. Excepto nuestra maravillosa cena de sandwich de jamón y queso frío en la habitación del hotel y a dormir.
Nos dirigimos a la zona de tiendas. No por comprar sino por cotillear un poco los precios, los 'modelismos' de los canadienses. Parada a comer en un 'restaurante' formato americano en el que nos preguntamos porqué toda la comida la tienen que servir entre dos panes o con un pan debajo (veanse sandwiches, hamburguesas o pizzas). Ah bueno, aquí tenían la especialidad canadiense: patatas fritas con salsa de carne... sí, como lo oís, y lo llaman especialidad (lo probamos y no volveremos, por supuesto).
No vale criticar mi cara en la foto, probablemente estaba observando el golpe que se dió un pájaro contra el cristal del 'restoran'...
En el Downtown está el VANCOUVER ARTGALLERY, que podríamos decir que fue igualmente decepcionante que las patatas canadienses... Edificio bonito, estilo clásico (difiere mucho del resto de la arquitectura de Vancouver, que es todo cristal y acero), pero cuando entras, descubres que es un poco estafa: cuatro plantas, dos de ellas cerradas, subimos a la cuarta planta y hay un mural tótem a medio terminar ya que la exposición es ver trabajar al tío con la madera, etc... lo cual habría estado muy bien si el tío en cuestión hubiera estado allí trabajando (sería su hora de comer o algo); tercera planta cerrada (preparando una futura exposición de un tío que hace comics o algo), segunda planta cerrada (esta no se porqué) y en la primera planta una exposición curiosa de antiguas fotos de edificios emblemáticos u originales de todo el mundo (esta parte a Pau le gustó más). Nada del otro mundo.
Paseo de vuelta al hotel...
Y poco más que contar de ese día. Excepto nuestra maravillosa cena de sandwich de jamón y queso frío en la habitación del hotel y a dormir.
VANCOUVER 12/06/2013
Nuevo día de excursión, saliendo del Downtown, nos dirigimos hacia GRANVILLE ISLAND, que no es una isla, pero casi (en la parte izquierda de la foto).
Tiene sus muelles con sus barcos, sus mercados de alimentos ecológicos, sus restaurantes de marisco. Ah, se me olvidaba, y sus patos.
Se pone a llover (este es el verano canadiense, frío y calor a la vez, lluvias inesperadas...) y decidimos ir a comer. Claro, otra vez comida entre dos panes, en un restaurante casi sin iluminar y con el aire acondicionado puesto. Esta era mi cara... jajaja.
De vuelta al Downtown, pasamos por la entrada oficial a CHINATOWN, 'MILLENNIUM GATE', construida en el año 2000 (nuestro hotel está al lado, pero no habíamos visto la entrada, ya que daba al lado opuesto).
El barrio chino de Vancouver es el segundo más grande de norteamérica y uno de los más antiguos. Comenzó a ser habitado por los chinos a partir de 1885 atraídos por el trabajo en la minas, aserraderos, ferrocarril, etc... Hay quien dice que la población actual de asiáticos en Vancouver puede ser el 50% de la población (la verdad, es que hay mogollón de asiáticos).
Y así otro día más en Vancouver.
Tiene sus muelles con sus barcos, sus mercados de alimentos ecológicos, sus restaurantes de marisco. Ah, se me olvidaba, y sus patos.
Se pone a llover (este es el verano canadiense, frío y calor a la vez, lluvias inesperadas...) y decidimos ir a comer. Claro, otra vez comida entre dos panes, en un restaurante casi sin iluminar y con el aire acondicionado puesto. Esta era mi cara... jajaja.
Y así otro día más en Vancouver.
VANCOUVER 13/06/2013
Nos disponemos a terminar de ver el STANLEY PARK, pero esta vez decidimos alquilar unas bicicletas para que nos diera tiempo a verlo entero. Así que con nuestras bicis y nuestros cascos volvemos a hacer el camino del otro día, con sus totems, sus tiendas de souvenirrs/arrticulos de coña... Esta vez conseguimos llegar al faro,
continuamos por el interior del parque para llegar al Beaver Lake (tengo que ver algún castor, si o si)
Pues no, no había castores. El lago muy bonito, que dicen que llega a desaparecer por la expansión de las flores, pero sin castores.
Seguimos con las bicis hasta llegar a la zona de playas urbanas, que son tan urbanas que el agua tiene manchas de crudo, puedes ver los buques de fondo... vamos, ideales para darse un baño. Y eso sin contar con la temperatura del agua, claro.
Y ya, cansados de pedalear y después de comer el pero perrito y las peores patatas fritas del mundo, devolvimos las bicis y, como no, de paseito al hotel a descansar.
continuamos por el interior del parque para llegar al Beaver Lake (tengo que ver algún castor, si o si)
Pues no, no había castores. El lago muy bonito, que dicen que llega a desaparecer por la expansión de las flores, pero sin castores.
Seguimos con las bicis hasta llegar a la zona de playas urbanas, que son tan urbanas que el agua tiene manchas de crudo, puedes ver los buques de fondo... vamos, ideales para darse un baño. Y eso sin contar con la temperatura del agua, claro.
Y ya, cansados de pedalear y después de comer el pero perrito y las peores patatas fritas del mundo, devolvimos las bicis y, como no, de paseito al hotel a descansar.
VANCOUVER 14/06/2013
Último día en Vancouver, así que tranquilamente nos vamos a tomar un café. La verdad que, como todo, es bastante caro hasta un café con leche (casi 4 dólares), pero se entiende cuando se ve el curro del camarero y el tamaño del mismo.
Cogimos Hastings Street hacia el este por primera vez, llegamos a la zona de los ferrocarriles, había un pequeño parque detrás de las vías, un helipuerto (o lo que viene siendo un trozo grande de madera flotando en el agua) y otra zona donde atracan los cruceros.
Nos dirigimos hacia GASTOWN. No habíamos venido antes porque la guía dice que es la zona más turística pero al final descubrimos que también es la más bonita del downtown de Vancouver. Esta es la zona más antigua de la ciudad, sus orígenes se remontan a 1867, cuando Gassy Jack Deighton se asentó aquí y puso un restaurante. Todos los edificios se fueron construyendo a su alrededor y al final acabó siendo la ciudad de Vancouver. Por lo visto, tuvieron que recuperar la zona, ya que se degradó en su momento, pero ahora son todo calles floreadas, terrazas y edificios de ladrillo rojo (difícil de ver por aquí, debido a que todas las construcciones ahora son de cristal y acero, como los edificios de oficinas en España). Eso sí mucha tienda de souvenirs para los guiris.
Y después de otro día de caminata, nos fuimos al hotel a preparar las maletas para nuestro siguiente destino: Victoria.
Cogimos Hastings Street hacia el este por primera vez, llegamos a la zona de los ferrocarriles, había un pequeño parque detrás de las vías, un helipuerto (o lo que viene siendo un trozo grande de madera flotando en el agua) y otra zona donde atracan los cruceros.
Nos dirigimos hacia GASTOWN. No habíamos venido antes porque la guía dice que es la zona más turística pero al final descubrimos que también es la más bonita del downtown de Vancouver. Esta es la zona más antigua de la ciudad, sus orígenes se remontan a 1867, cuando Gassy Jack Deighton se asentó aquí y puso un restaurante. Todos los edificios se fueron construyendo a su alrededor y al final acabó siendo la ciudad de Vancouver. Por lo visto, tuvieron que recuperar la zona, ya que se degradó en su momento, pero ahora son todo calles floreadas, terrazas y edificios de ladrillo rojo (difícil de ver por aquí, debido a que todas las construcciones ahora son de cristal y acero, como los edificios de oficinas en España). Eso sí mucha tienda de souvenirs para los guiris.
SALIDA HACIA VICTORIA 15/06/2013
Madrugamos para hacer el checkout del hotel con tiempo. Cogimos un taxi para ir a Pacific Central Station, que no estaba lejos, pero cargados con las maletas, no nos apetecía ir caminando. El taxista muy majo (como casi todo el mundo por aquí) que de donde éramos, que qué lejos estábamos de casa, que recuerdos a Rafa Nadal de su parte... El autobús nos llevaba hasta BC Ferries Terminal, en una zona llamada TSAWWASSEN donde cogímos el Ferry hacia Victoria. Una vez dentro del barco, un café, un sandwich de jamón y queso, un frío que pelaba (aunque debíamos ser los únicos que lo notábamos ya que los canadienses en tirantes, shorts y chanclitas, como está mandao) y unas fotitos.
En una hora y media de trayecto entre islas (un recorrido precioso) llegamos a SWARTZ BAY BC. en Vancouver Island.
Allí nos esperaba Kris, nuestra primera 'host' de Workaway, junto con Sydney, su perro. Las primeras impresiones muy buenas: Kris, una californiana de mundo, el clima bastante más cálido que en Vancouver y unas vistas impresionantes por la ventanilla del coche.
Llegamos a la casa y allí estaba Donal, un irlandés que había estado quince días allí también como workwayer y que dejaba la casa al día siguiente. Dejamos el equipaje en la habitación, unas pequeñas indicaciones de la casa y nos fuimos con Donal de paseo con el perro por la playa.
Cena tranquila (y picante) y a dormir. Nos esperaba otra excursión al día siguiente: Salt Spring Island.
Allí nos esperaba Kris, nuestra primera 'host' de Workaway, junto con Sydney, su perro. Las primeras impresiones muy buenas: Kris, una californiana de mundo, el clima bastante más cálido que en Vancouver y unas vistas impresionantes por la ventanilla del coche.
Llegamos a la casa y allí estaba Donal, un irlandés que había estado quince días allí también como workwayer y que dejaba la casa al día siguiente. Dejamos el equipaje en la habitación, unas pequeñas indicaciones de la casa y nos fuimos con Donal de paseo con el perro por la playa.
Cena tranquila (y picante) y a dormir. Nos esperaba otra excursión al día siguiente: Salt Spring Island.
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